patada en los ovarios,
o la "réplica" de Guillermo Saccomano a Beatriz Sarlo en el RADAR de hoy. Si bien no soy seguidora a full de la obra de Beatriz Sarlo, si bien tampoco me agrada del todo el rol hegemónico de "su" (?) academia, y si bien coincido en parte con la conclusión final de la nota de Saccomano (nuestra izquierda es una derecha, pero esto también lo incluye a él: recuérdese su nota sobre el peronismo en la revista Lucera, de Rosario), Beatriz Sarlo me parece lo suficientemente respetable como para preguntar, desde mi modesto lugar de blogger del montón, qué pasó acá. Autor, hace dos semanas, de un desganado texto de ocasión de efeméride, sin disimular que fue escrito por encargo (Osvaldo Soriano lleva 20 años muerto: ¿apesta o emite al fin algún olor de santidad literaria?), Saccomano quedó ahora incluido como tercero voyeur edípico de una escena primaria entre dos intelectuales de la generación anterior. (Están gozando, tonto.) Él fue quien menos tenía que ver en el asunto, y quien más cargo se hace, aprovechando la coyuntura para pegarle a mi ilustre tocaya y ser el varón del tango.
Vale la pena analizar párrafo por párrafo su texto, que es todo un compendio de argumentos misóginos. Es un texto torpe, que opera por metonimias que evocan identificaciones, y que no se sale nunca de la precariedad brutal del registro imaginario. Párrafo 1, golpe bajo 1, metonimia 1: Sarlo, sos Victoria Ocampo. Recurso: el odio de género queda camuflado bajo el odio de clase. Beatriz Sarlo es de clase media, Gui. Preguntá antes de tirar. Llamala por su nombre completo, pero además pedile a la AFIP su declaración de bienes, ya que sos tan guapo compadrito y vigilante. Y aunque fuera rica: es como si agredieras a un judío tratándolo de usurero y burgués. Pero claro, después la racista es ella que exotiza a los negros.
Párrafo 2, metonimia 2, golpe bajo 2: Sarlo, NO sos Virginia Woolf (se escribe con dos "o", dicho sea de paso). Recurso: tokenism, o dejar bien parada a UNA (una sola) representante del género, un token o símbolo, una prenda de paz, para que quede claro que no sos misógino aunque todas las demás sean un asco: Valeria Mazza ya te quita pureza intelectual con sólo estar a páginas de su columna, la Ocampo era una tilinga, Sarlo también, etcétera. (Dicho sea de paso, por mi parte no he visto últimamente nada más tilingo que la nota de Saccomano sobre el peronismo en la revista Lucera de Rosario.) Ah, y que el símbolo te quede bien lejos, como los negritos simpáticos del aeropuerto yanqui que tan bonitos le parecieron a tu amiga Sarlo. Nada de defender a las minas de acá. ¡Son todas unas tilingas! ¿No es cierto? Esto es como decir: pero mirá que yo tengo un (1) amigo judío en Holanda, no soy nazi, ¿eh?
Párrafo final: la verdad al final del túnel de golpes bajos. ¿No se podía llegar a esa conclusión por medios más, no digo nobles, sino limpios, honrados? Es verdad, nuestra izquierda es una derecha. Pero eso te incluye, Sacco. Porque nuestra izquierda, en vez de dedicarse a la caza de brujas a ver quién es más burguesa y a quién nominamos y echamos de la casa, debería estar preocupada por el oro que se lleva la empresa canadiense Barrick de la mina Alumbrera, por el arsénico que nos va a dejar en las aguas, por las aguas mismas de nuestro territorio que dentro de pocos años van a ser propiedad de poderosas empresas multinacionales, tal vez las mismas que ya echaron a los mapuches de la Patagonia con igual saña a la que describe Bayer en los acontecimientos del siglo pasado, o peor. ¿Alguien alzó la voz? ¿Alguien dijo o hizo algo? Por lo pronto, ya tenemos tropas internacionales instaladas en al Triple Frontera con la excusa del terrorismo. Justo en el punto donde coinciden tres ríos, vaya coincidencia. ¿Alguien se manifestó, escribió, habló contra eso? Sin ir tan lejos en el espacio y en el tiempo, ¿cuántos chaqueños y formoseños se instalan hoy en las villas de Buenos Aires para poder siquiera comer de la basura, mientras los gourmets degustan sus manjares en Palermo Soho a exorbitantes precios globales? ¿Alguien denuncia esto? ¿Alguien no calla?
Qué vergüenza.
Vale la pena analizar párrafo por párrafo su texto, que es todo un compendio de argumentos misóginos. Es un texto torpe, que opera por metonimias que evocan identificaciones, y que no se sale nunca de la precariedad brutal del registro imaginario. Párrafo 1, golpe bajo 1, metonimia 1: Sarlo, sos Victoria Ocampo. Recurso: el odio de género queda camuflado bajo el odio de clase. Beatriz Sarlo es de clase media, Gui. Preguntá antes de tirar. Llamala por su nombre completo, pero además pedile a la AFIP su declaración de bienes, ya que sos tan guapo compadrito y vigilante. Y aunque fuera rica: es como si agredieras a un judío tratándolo de usurero y burgués. Pero claro, después la racista es ella que exotiza a los negros.
Párrafo 2, metonimia 2, golpe bajo 2: Sarlo, NO sos Virginia Woolf (se escribe con dos "o", dicho sea de paso). Recurso: tokenism, o dejar bien parada a UNA (una sola) representante del género, un token o símbolo, una prenda de paz, para que quede claro que no sos misógino aunque todas las demás sean un asco: Valeria Mazza ya te quita pureza intelectual con sólo estar a páginas de su columna, la Ocampo era una tilinga, Sarlo también, etcétera. (Dicho sea de paso, por mi parte no he visto últimamente nada más tilingo que la nota de Saccomano sobre el peronismo en la revista Lucera de Rosario.) Ah, y que el símbolo te quede bien lejos, como los negritos simpáticos del aeropuerto yanqui que tan bonitos le parecieron a tu amiga Sarlo. Nada de defender a las minas de acá. ¡Son todas unas tilingas! ¿No es cierto? Esto es como decir: pero mirá que yo tengo un (1) amigo judío en Holanda, no soy nazi, ¿eh?
Párrafo final: la verdad al final del túnel de golpes bajos. ¿No se podía llegar a esa conclusión por medios más, no digo nobles, sino limpios, honrados? Es verdad, nuestra izquierda es una derecha. Pero eso te incluye, Sacco. Porque nuestra izquierda, en vez de dedicarse a la caza de brujas a ver quién es más burguesa y a quién nominamos y echamos de la casa, debería estar preocupada por el oro que se lleva la empresa canadiense Barrick de la mina Alumbrera, por el arsénico que nos va a dejar en las aguas, por las aguas mismas de nuestro territorio que dentro de pocos años van a ser propiedad de poderosas empresas multinacionales, tal vez las mismas que ya echaron a los mapuches de la Patagonia con igual saña a la que describe Bayer en los acontecimientos del siglo pasado, o peor. ¿Alguien alzó la voz? ¿Alguien dijo o hizo algo? Por lo pronto, ya tenemos tropas internacionales instaladas en al Triple Frontera con la excusa del terrorismo. Justo en el punto donde coinciden tres ríos, vaya coincidencia. ¿Alguien se manifestó, escribió, habló contra eso? Sin ir tan lejos en el espacio y en el tiempo, ¿cuántos chaqueños y formoseños se instalan hoy en las villas de Buenos Aires para poder siquiera comer de la basura, mientras los gourmets degustan sus manjares en Palermo Soho a exorbitantes precios globales? ¿Alguien denuncia esto? ¿Alguien no calla?
Qué vergüenza.
16 Comments:
Xenia: no leí la nota de Saccomano, pero es indudable:lo que planteás es bien cierto, es como ver a Dorio hablando de las miserias humanas de los participantes de gran hermano, no defiendo a los pendejos, pero mucho menos a Dorio que sí va a cenar a Palermo Soho, mientras esos pobres ignorantes buscan sus cinco minutos de fama. Este país no brinda oportunidades a no ser cumplir los sueños de los pobres a costa de los voyers que se patinan o que patinan en Saint Moritz pero tienen ideas bien del "sur".
un saludo.
Estuviste muy bien. Lindo desglose.
Digo, y en el mismo tono en el que increpás a este tipo, el de comisario de la ortografía de nombres propios: ¿Saccomanno no va con dos "n"?
Digo, y en el mismo tono en el que increpás a este tipo, el de comisario de la ortografía de nombres propios: ¿Saccomanno no va con dos "n"?
Leí la nota de Saccomanno de hoy y no me gustó. En un primer lugar me pareció caprichosa e innecesaria. Sin embargo en ningún momento advertí aquellos rasgos de misognia de los que hablás.
Aversión al que no es como uno ( en lo que respecta a las diferencias de clase social, de posición intelectual e ideológica), contradicciones consecuentes de tampoco saber cómo es uno, críticas totalmente vacías (como la mención del acercamiento de la columna de Beatriz Sarlo con la de Valeria Maza) las hay y en cantidad. Pero un odio general, contenido o no, hacia las mujeres, no me parece que pueda entreverse en la nota.
Suarez: Una cosa es confundir y escribir mal el apellido de Virgina Woolf y otra confundir el de Saccomanno. Con esto quiero decir que al ser Woolf más conocida y reconocida, debería ser más lógico retener bien su apellido.
Un saludo.
JM - Avistandoquimeras.com.ar
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Fe de erratas: misognia=misoginia.
Tal cual, un espanto la nota de Saccomanno (yo también pensaba que iba con una sola n). Y Bayer, otrora polemista afilado además de inmenso historiador, está irremediablemente gagá. Eso de "escritor del pueblo"... si no fuese Bayer me cagaría de risa, pero me da pena. Y el último párrafo, esa ridícula propuesta de justa intelectual con invitados y que después "el pueblo decida" es repulsivo. Es, para decirlo rápido, el viento populista que sopla en ciertos organismos, de cajón.
Soriano, por lo visto -ya que nunca dejaba de lamentarse lastimosamente, en público y en privado-, tenía una gran necesidad de ser aceptado en "la academia", desconozco por qué. Sufría tanto por eso que no me parece que se debiera sólo al cálculo de "permanecer en el tiempo". Pero como el celoso de Lacan, el problema, la enfermedad está en él, no en el otro. Pero salen los sorianistas en patota editorial a reparar la "injusticia". Todos los años igual. Es vomitivo y estúpido.
¿Qué pasa, qué no deja de pasar con Radar? ¿No hay editores que digan "esto es una mierda, hermano"?
Sarlo me chirría también, me parece medio fruncida -lo que no es tan terrible después de todo-, pero imaginate las aulas funcionando con los "criterios" de los "sorianistas" cruzados.
En fin, abrazos, werte.
Las notas de Saccomanno y Bayer me parecieron sumamente bajas, sobre todo la de Sacco. No sé si coincido en lo de la misoginia, lo veo más como ataque personal. Así su argumento pierde completamente asidero, si la discusión era la existencia o no de la clase, no veo la necesidad del ataque a Sarlo. Un ataque que es, además, tan pero tan fácil...
La Academia termina siendo pelea de hinchadas. Pensás como yo o no servís. O, lo que es peor: sos facho. Se pierde toda seriedad.
Aquí otra modesta opinión sobre el tema:
http://afiebrados.blogspot.com/2007/02/queramos-tanto-al-gordo.html
Hola Xenia: lo primero que habría que hacer es recordarle a Saccomanno que tanto Viva como Página 12 pertenecen al mismo Grupo Clarín que supimos conseguir. Claro que esto no convierte en buenas a las columnas de Sarlo en Viva, que son francamente intrascendentes, por no decir sosas y frívolas. Claro que esto no justifica que Saccomanno haga una asociación tan ridícula con Valeria Mazza que, como todos bien escribieron, lleva doble z.
En fin, que la riña entre estos es muy parecida a la que seguí durante toda la temporada entre Moria Casán y Carmen Barbieri. Claro que la de ellas es infinitamente más divertida: pelean por el tamaño de las plumas y la cantidad de purpurina que necesitan para taparse las siliconas.
No sé si te interesan los comentarios, pero deberías darte cuenta que en el único lugar en el que se encuentra la misoginia es en tu cabeza, no en la nota de Saccomanno. Podés estar en desacuerdo en lo que dice y en la forma que lo hace, pero evidentemente la paranoia por el ataque como una cuestión de género te distorsiona bastante la percepción de las cosas. Ni siquiera hay en tus propias líneas un argumento claro para justificar tu postura acerca de la misoginia de Saccomanno. Antes de que escribas otro artículo, te doy un par de consejos: primero, aprendé a contar (Soriano lleva diez años muerto, no veinte) y segundo aprendé a escribir (tratá de deletrear correctamente al menos el apellido de quien estás criticando).
Lamentablemente la ortografía real de los apellidos no es tan lógica como la que uno se imagina. "Wolf" es lobo: ¿le temerá Saccomanno a Virginia Woolf? Y el suyo debería ser con una sola "n", porque:
SACO - MANO.
(Hace honor a su patronímico.)
Ah, y al argumento del tokenism no lo inventé yo, véase la nota sobre Marie Curie en la página de psicología del diario en cuestión.
No me molesta que disfraces tus faltas con argumentos más que rebuscados. Lo de la misoginia... en fin... el argumento se cae por sí solo, no tiene sostén, no al menos en este contexto. El artículo de Emilce Bleichmar es interesante... pero no hay conexión con lo anterior. Tus asociaciones son demasiado forzadas, están tiradas de los pelos. No es una cuestión de género, tampoco de clase. ¿No te das cuenta de que el ataque de Saccomanno es algo personal? Bueno, después de todo, tal vez no sea tu culpa... no te das cuenta. Lo que verdaderamente irrita es que caés en los mismos golpes bajos que tanto estás criticando.
Estimada Xenia:
Por fin. Tanta cosa ha podido leerse sobre esta "polémica", y tanta poco se ha dicho sobre la forma de los textos (y lo que esta vehiculiza, por supuesto). Está muy bien que alguien lea los artículos en vez de dedicarse alegremente a vomitar su opinión sobre las personas (será en parte que a mí las personas me dan asco siempre y los textos me gustan, pero bueno). Viva la gente que lee (eso te incluye),
El Lector Modelo
Me pareció excelente el señalamiento de Xenia respecto de cómo marca a las mujeres al comparar a Beatriz con Virginia Wooñlf y Victoria Ocampo. Y digo más: yo marqué en un comentario en otro blog, dirigiéndome a Saccomano, como en el final de la nota sobre Soriano hablaba de "amistad viril", concepto también eminentemente machista.
Pero todo esto tiene que ver con que hoy ser de izquierda es pelearle a la derecha los lugares: triste y solitariamente eso.
¿Izquierda? ¿Cuando Bayer fue de izquierda? Y menos que menos cuando elogió al nuevo premio PLaneta, el apolillado Federico Andahazi, frente a todas las luminarias de la editorial más escandalosa de la Argentina. Eso no es izquierda, es mediocre resentimiento y mala leche.
Y muy bien al comentario que marca que Página y Clarín pertenecen al mismo grupo, porque hay muchos que creen que Página es el diario de los soviets. Y en realidad no lo es ni siquietra de Kerensky.
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