Monday, January 08, 2007

post romántico

The only boy who could ever reach me
was the son of a preacher man.


Hoy decidí hacer limpieza a fondo (ordenar libros, correr muebles, revolver papeles con todo lo que eso implica) y puse el CD de la banda de sonido de Pulp Fiction. Track 6. Y me vino un recuerdo de hace casi 10 años:

"Pensar que me enamoré de él cuando bailábamos con esta canción...".

Digo bien, bailábamos con la canción. Por un instante de locura feliz creí que éramos Uma y Travolta en la película. No sé él.
No nos enamoramos uno del otro bailando la canción, no.
Yo me enamoré. No sé si él de mí. Nunca le pregunté.
Los dos estábamos enamorados de la misma persona: él.
No hubo nada más que ese ínfimo destello. Nada más.
Después vino la catástrofe, tremenda como si hubiera habido un amor aunque no lo hubo y ahora, si me preguntan, tengo que hacer un esfuerzo para no decir que él es para mí el monstruo Godzilla cruza con Alfredo Astiz, es mitad Hombre Lobo y mitad Hannibal the Cannibal: es el Mal, el Mal es él.
¡Y pensar que me enamoré de él con esta canción...!

4 Comments:

Blogger Danixa Laurencich said...

a mí me pasó con purple rain.Sheet!

1:08 PM  
Blogger xenia said...

Uy, te la encargo...

8:05 PM  
Anonymous Anonymous said...

Yo perdí un par de lindos temas por culpa de lo mismo.
Después de los perfumes, la música es lo que más me afecta de una manera irracional. Apunta justo al punto debil, y acierta.

8:51 AM  
Blogger xenia said...

Y, vio, lo del parfum ya lo sabía Proust...

6:56 PM  

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