coexistencia
Mi amiga se puso muy ansiosa cuando le dije que todavía no tenía fecha para la operación. "Vamos y armamos quilombo", le oí decir. En realidad, había dicho: "Vamos y reclamamos". Pero es que a mí la palabra "reclamar", pronunciada con firmeza por cualquier persona de mi misma nacionalidad, me trae flashbacks mediáticos en un arco que va del corralito a la FUBA, pasando por Cromañón y Blumberg.
Mi amiga estaba espantada por lo que le conté: yo ya casi no comía, mi hígado rechazaba todo. Pero para mí la posibilidad de morir de inanición ha sido tan cercana durante tantos años, que ya me acostumbré: soy, pienso, una de esas tantas vidas precarias que pueden o no faltar y el mundo sigue. Esto es, toda la humanidad menos Pinochet y Julio López. Ah, y Woody Allen. No soporto la idea de un mundo sin nuevas películas de Woody Allen.
A mi amiga que me quiere no podía decirle esto. Le dije: "Vamos". "El domingo te llamo y el lunes vamos", dijo.
Durante esa semana, en la que tampoco pude levantarme temprano para hacerme los estudios preoperatorios de rutina, mi hemangioma hepático y yo llegamos a un estado de coexistencia pacífica. Firmamos un tratado, mi hígado y yo, por el cual él se compromete a no patalear y yo a no sobreexplotarlo. Reescribí un tratado anterior donde "comer normalmente" era definido como "una milanesa napolitana completa con papas". Lo reemplazamos por yoghurt, fruta, y las definiciones de las comidas light que les exige a los restaurantes el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
El domingo llamé yo. Le conté a mi amiga que estaba mejor, que sin embargo no había logrado madrugar, y que en esto sí podía ayudarme ella. Le pedí que me llamara a las ocho. Es buena. Lo hizo. "Aprovechá, andá ahora, que está fresquito", dijo. Un instinto atávico me hizo volverme a la cama. Al rato, tronaba; poco después, llovía a cántaros. Al fin me levanté y me puse a leer los diarios. Aunque no tenga nada que ver con esta historia, cada vez estoy más convencida de que el asesino de Nora Dalmasso es su viudo.
Mi amiga estaba espantada por lo que le conté: yo ya casi no comía, mi hígado rechazaba todo. Pero para mí la posibilidad de morir de inanición ha sido tan cercana durante tantos años, que ya me acostumbré: soy, pienso, una de esas tantas vidas precarias que pueden o no faltar y el mundo sigue. Esto es, toda la humanidad menos Pinochet y Julio López. Ah, y Woody Allen. No soporto la idea de un mundo sin nuevas películas de Woody Allen.
A mi amiga que me quiere no podía decirle esto. Le dije: "Vamos". "El domingo te llamo y el lunes vamos", dijo.
Durante esa semana, en la que tampoco pude levantarme temprano para hacerme los estudios preoperatorios de rutina, mi hemangioma hepático y yo llegamos a un estado de coexistencia pacífica. Firmamos un tratado, mi hígado y yo, por el cual él se compromete a no patalear y yo a no sobreexplotarlo. Reescribí un tratado anterior donde "comer normalmente" era definido como "una milanesa napolitana completa con papas". Lo reemplazamos por yoghurt, fruta, y las definiciones de las comidas light que les exige a los restaurantes el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
El domingo llamé yo. Le conté a mi amiga que estaba mejor, que sin embargo no había logrado madrugar, y que en esto sí podía ayudarme ella. Le pedí que me llamara a las ocho. Es buena. Lo hizo. "Aprovechá, andá ahora, que está fresquito", dijo. Un instinto atávico me hizo volverme a la cama. Al rato, tronaba; poco después, llovía a cántaros. Al fin me levanté y me puse a leer los diarios. Aunque no tenga nada que ver con esta historia, cada vez estoy más convencida de que el asesino de Nora Dalmasso es su viudo.
3 Comments:
Punto Bloomberg: leer "el energúmeno" (artículo de Gabriel Fernández) buscar en el "omnisciente" Google; ojo, dot com dot ar. El nacionalismo sobre todo))
Punto Hígado: el mismo, como todo argentino que se precie, es "hijo del rigor". Mano dura para él.
Punto Inanición: idem anterior.
Punto "Maderita" Allen: ver Ginsberg. O "El Pájaro Loco"
Punto Yogurt: ns/nc
Punto Yogurt 2: jamás "Yogurt" significará "comer normalmente", salvo que sea definido por un mongol. La napo, se la pierden.
Punto Agua Que Cae Del Cielo: nadie que no haya estado en Ros el 15/11 sabrá de este miedito (salvo, porsupu, aquellos tailandarios del Tsunami famoso)
Punto Río Cuarto: ¿Qué dirá Pontaquarto? Yo que voy seguido por esos pagos declaro que jamás compartimos nada con Nora. Y que el jardinero es inocente.
Punto Arroz: blanco, solamente con un poco de aceite crudo y queso. Bueno para el hígado argentino atribulado.
Besos. Punto.
¿Viste que el jardinero no era?
Jaimez, ¡el Hígado Argentino te saluda!
Despues de estos dos posts hepáticos me regurguitan unos bocaditos de una despedida hoy en la escuela. Bea, yo tuve hepatitis A y B, una a los 10 y otra a los 24, asi que altre que las memorias del subsuelo. Sabes que cuando tenía la B me regalaron el disco Outside, de Bowie y me descomponía. Todavía me cuesta escucharlo, a ese y al Washing Machine de Sonic Youth. Bueno, que no te duela, yo mientras practico cultivo indoor de tejido hepatico. Un beso. Fernando
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