Habrá más penas y olvido

Ma come?
Sorianno é morto?

(Y, vio, no íbamos a permitir que una periodista del CLARÍN tuviera la ÚLTIMA PALABRA sobre esto...)

¿Qué va a pasar en el PRÓXIMO número del suplemento Radar? ¿Se va a levantar el Gordo mismo de su tumba y va a hablar? ¿Firmará la enésima nota algún médium capaz de comunicarse con el alma del difunto? ¿Devendrá el culebrón en serial metafísico en el subgénero "il morto qui parla"? ¿Habremos de jugarle al 48? ¿Mandará una carta a la sección correo de lectores el gato de Soriano, o alguno de sus tataranietos? ¿Emprenderá alguien, Lanata digamos, un viaje al Hades y volverá contando la de novelas póstumas que Soriano está escribiendo?

¿O nos olvidaremos del asunto?

Sorianno VI, The End?

Se supo. El inconsciente de la intelligentzia está constituido como novela policial. La saga que ocupó en febrero al suplemento Radar ya es casi una novela póstuma de Osvaldo Sorianno (sic). El carnaval de la injuria misógina se terminó convirtiendo en una de detectives con dos investigador*s, independientes entre sí, que lograron amb*s mantener la cabeza fría en medio de las pasiones desatadas de los demás. Amb*s concuerdan en los datos, pero no en las conclusiones que extraen de esos datos. "Fue maltratado", deducía la semana pasada Germán Ferrari. Al fin, hoy, Hinde Pomeraniec (lo escribí bien; nunca me equivoco con los apellidos no latinos) termina de aclarar el misterio del cazzo Soriano: "Lo aplaudieron. Pero él no pudo o no quiso escuchar".
¿Fin?
Desde Blogolandia, sale de testigo Santiago Llach.

Y se siguen tirando tomates

hoy: Marría Morrenno