Saturday, October 28, 2006

ah, las políticas culturales

Lo acabo de decir en una conversación telefónica:

Quieren cortar y empalmar 1975 con 2005.
Y justo esos treinta años son mi carrera.
Tu carrera.

Thursday, October 26, 2006

Palestina

Sentido es anagrama de destino, pero eso podría ser una mera concidencia. (Alejandro Daniel Magno, DAF)

Palestina es una Atopia. Era un lugar, y ahora es un afuera. Tiene otro nombre, y pertenece a otros. Vueltos ectópicos, los nativos originarios no entran en su patria. Están allí, pero eso ya no es un lugar. No lo habitan: apenas medran. Es un espacio sin nombre, con diversos apodos: campo de refugiados, cárcel, infierno. Se les inflige la condición del indeseable. No se los desea. Pero tampoco se los deja salir.
Salen igual. Por la chimenea, como en los viejos tiempos.
"Paradise Now" es una película tremenda y profunda. Es importante lo que dice, pero es mucho más importante lo que muestra. Bajo la superficie del documento y el texto político, se revelan los sutiles mecanismos afectivos por los cuales algunos encuentran el sentido de la vida en la vida misma y otros sólo pueden cifrarlo en la muerte.
En última instancia, los mártires palestinos no se diferencian demasiado de cualquier otra juventud entregada a los ritos de un buen morir. Nada los retiene en la vida, nadie los invoca desde el amor, nadie los llama, necesitándolos. Sólo son llamados a morir. Para Said, el protagonista, el sentido de la existencia pasa por el destino de corregir con su propio heroísmo la muerte vergonzosa del padre. "No se puede ir contra el destino", dice él. Para su amigo, no hay ningún sentido, tampoco ningún destino, y por eso responde y se hace cargo de la demanda de la hija del mártir, quien está contra el martirio y a favor de la vida de "los que quedamos". Él encuentra el sentido de la vida, del quedarse en la vida, en ese llamado mínimo y vital.
Es tan fácil morir cuando "sólo se tiene el propio cuerpo", como dice Said; y es tan imposible dejarse matar, tanto se aferra uno a la vida cuando algún otro lo engancha, lo reclama, le da esa ínfima percha de donde asirse y poder estar en un lugar.
Anoche, en el cine, alguien rompió a llorar. Fue en una escena especialmente angustiante, la de la preparación de los mártires para la muerte. El hombre que preparaba los explosivos no tenía manos. Usaba unas prótesis metálicas.
El que lloraba resultó ser un anciano en silla de ruedas. Al fin sus familiares se lo llevaron de la sala. Lloraba sin parar, sin consuelo.
Yo también lloré pensando en el infierno que ha sido vivir los últimos 30 años, salvo por la breve dulzura de cuando me creí amada. Todo el tercer mundo es un gran desierto de impotencia y frustración. ¿Cuántos estamos en situaciones así? Seguir o parar, da lo mismo. Parece que bastara con poner voluntad. Nos sostenemos tirando de los cordones de nuestros propios zapatos. Se supone que eso es ser un adulto. Yo ya no estoy tan segura.
Entre la vida y la muerte, está la escritura. Cuando el único amor que queda hacia un sujeto es su propio amor narcisista, la escritura, como el martirio, puede ser una apuesta narcisista por la inmortalidad del yo. O también puede no apostar a nada más que a encontrar una manera de estar, de seguir estando en el mundo.
Pienso que lo único que me sostiene en la vida es el deseo de describir estos no lugares, estas Atopias que tantos luchamos por poder habitar aunque nadie necesite ni desee nuestras existencias ni las reclame.

Wednesday, October 25, 2006

vivo, muerto, o...

En el diario de hoy, en el contexto de la polémica en torno a un extraño fallo donde una niña aparece algo así como muerta dos veces, una neuróloga menciona la película "Todo sobre mi madre".
Justo ayer vimos "Volver", la nueva de Almodóvar, EXCELENTE, donde reaparecen personajes que se encuentran en una especie de limbo dudoso o estado intermedio entre la vida y la muerte. Este podría ser el tema del melodrama de hoy en día, tanto del melodrama propiamente dicho ("Montecristo") como el de esas genialidades del manchego, que usa el melodrama llevándolo al colmo para hablar de temas más profundos y casi imposibles de articular como no sea a través de la poesía: el duelo imposible por la ausencia de la madre, etc. "Volver" es un poco como "Sexto sentido" al revés, y es mucho más lírica.
Puede ser que se nos estén volviendo borrosos los límites entre la vida y la muerte. No sólo por estas cosas de la tecnología (la "muerte cerebral" no existía antes de que fuera posible mantener funcionando el corazón de alguien técnicamente muerto) sino también en términos políticos y sociales. En figuras como la muerte civil y el desaparecido, que la última dictadura puso tristemente en uso; en situaciones absurdas como las de los extranjeros ilegales, los refugiados deportados, o los niños secuestrados por uno de sus progenitores mientras el otro se desespera por saber algo de su hijo; también en los pacientes "vegetativos" o sujetos al encarnizamiento terapéutico y que luchan por una muerte digna, surge como rasgo común la posibilidad de suspender un aspecto de la vida humana (sus vínculos fundantes, su identidad, su humanidad misma) mientras la biología sigue su curso.
Muchas situaciones de la vida contemporánea llevan esta impronta del muerto vivo. Por algún motivo que no alcanzo a comprender, siempre este borde porta un rasgo melodramático; será por su condición de paréntesis vacilante, que habilita un posible desenlace feliz ("resurrección"), a diferencia de la tragedia, donde el daño ya está hecho y es irreversible y definitivo.
El muerto vivo también aparece en la tragedia, siempre ligado a la figura del justiciero. (La muerta viva de "Volver" también es una justiciera). Así, Antígona, luego de haber puesto su cuerpo en el lugar de la ley, desciende viva al Hades. Así Hamlet es apartado del reino de los vivos por su locura que lo hace ver fantasmas o por un fantasma que lo vuelve loco desde el momento en que asume el rol del vengador. Y Will Loman, el héroe de "Muerte de un viajante", ya está muerto en cierto modo cuando decide, mediante un suicidio altruista, enderezar por mano propia la injusticia que el sistema les ha infligido a él y su familia.
Me acomete esta intuición visceral: poner el cuerpo en el lugar de la ley lleva inexorablemente a un lugar de muerte no biológica, a un afuera respecto de la comunidad de los vivos; otra intuición que tengo es que esta función justiciera del cuerpo individual también es propia de esta época, como lo fue hasta la Modernidad. En el diario de hoy, también es un dato la cara sarcástica de Blumberg cuestionando el fallo que condena a cadena perpetua a "sólo dos" de los asesinos de su hijo. Algo viene fallando en la relación entre la ley y el mal, al que la ley ya no pune eficazmente a menos que algún loco le ponga el cuerpo al reclamo; y ni aun así.
Pero lamentablemente Blumberg está cuerdo, está bien vivo, y es peligroso.

Monday, October 23, 2006

cosas que se pueden hacer

"Cuántas cosas se pueden hacer en la vida", decíamos anoche con el colombiano. "Aparte de trabajar, estudiar o suicidarse, para resolver la vida, ¿qué hay?" me preguntaba. Bueno, dije, te puede mantener alguien con plata. "Esa sería la cuarta opción". No, dije, esa sería la tercera. Suicidarse siempre es la última opción. Pero también es posible heredar, y en tal caso podés dedicarte a dilapidar o a invertir, y aún sin herencia podés conseguir un socio inversor y hacer negocios... "Robar", agregó. "Riesgoso", dije. Para eso, mejor contrabandear o estafar, pero tampoco lo recomiendo, dije. Y hay quienes viven en la calle y mendigan, pero eso es muy triste... "¡Ya sé!" se iluminó. "¡Una beca!" Concluimos en que era lo mejor, por lo menos para él. Tiene 25 años. "Ponete a buscar becas, ya", le dije.
Estaba deprimido y se le notaba, pero espero que ahora se sienta mejor.

Sunday, October 22, 2006

hoy leemos

poesía "a dos voces" con Mariana Vacs en la Biblioteca del Paraná, un lugar edénico sobre las barrancas del río. Se entra por calle España. La cita es a las siete de la tarde y habrá un brindis con vino bueno al final.

Saturday, October 21, 2006

traductores y odaliscas

(cosas que no le dije ayer a Ivana)

Tal vez no muera este año.
Tal vez la superstición del año 41 sea apenas eso. Eso, más la ilusión del talento, más la ilusión culposa de un castigo mortal por el talento. Ilusiones de grandeza que se necesitaban para sobrevivir como horrendo insecto en una casa llena de Raid donde todas las habitaciones eran pasillos.
A los 27 fui de los que creen que van a morir "como Jim Morrison, como Jimi Hendrix, como Janis Joplin". A los 33, ni hablar. A los 41, y encima con tos: kof kof Kafka.

Pero no soy Franz Kafka. Soy Felice Bauer.
Conozca a Felice Bauer, el objeto amoroso del obsesivo.
Contra lo que su nombre indica, el obsesivo no se obsesiona con sus objetos de amor: vacila. Un día ha decidido amar, un día ha decidido que no amará, al otro día vuelve a decidirse por ese mismo amor. De todas esas efímeras renuncias, el objeto de amor se entera por oscuras intuiciones, por algo como el peso encalado de cada silencio.
Mis amigos obsesivos tienen un plan: quieren convencerme de que adopte una actitud de no confrontación y de supuestamente sana mansedumbre ante los empleaduchos municipales a los que detesto. Y de cuyos abusos estamos todos hartos, aunque pocos hablen de eso. Yo personalmente, si tengo que elegir, si es verdad que esto es la URSS y que por darme el gusto de decirle asesina a una de esas empleaditas se terminó mi carrera literaria local en la que llevo invertidos 29 años de laburo, prefiero empezar de nuevo de cero en otra cosa: matemáticas, por ejemplo.
Me gusta darme gustos caros. Después resultan no ser tan caros. Pero mis amigos obsesivos se encargan, sin proponérselo, de que la factura me llegue. Mis amigos obsesivos ¿y obsecuentes? han hecho otro negocio: de tanto agachar la cabeza, se les está viniendo abajo la materia gris. Vienen a comprármela, como quien compra faso en la villa. Acuden en esos raros momentos primaverales o domingueros de autoestima alta y cierta independencia en que dicen "ma sí" y se animan a ser amigos míos. Todo lo que me traen es urgente, es ahora o nunca, es ya. Esos momentos son breves.
El resto del tiempo, prefieren quedar bien con mis pocos enemigos, los que me supe ganar. Les encantaría que yo me reconciliara con mis pocos enemigos, que todos pudiéramos ser amigos así ellos no tienen que elegir. Puestos a elegir, mis amigos obsesivos se atormentan y de paso me atormentan a mí. Basculan entre las dos partes en conflicto. Quieren ser buenos, quieren que todos los aprueben, quieren sentirse amparados y protegidos. Invitados a eventos culturales municipales, sentados entre gente que tiene un sueldo del Estado, se sienten como niños pobres que han logrado llegar al palacio del príncipe por ser tan buenos, por portarse así de bien.
A mi lado, no se sienten protegidos. Se sienten en la mira. Se sienten perseguidos por la mirada oblicua del poder, que en realidad es la de su propia conciencia. (Me pongo re paranoica si caigo bajo el influjo de esa mala conciencia y le creo todas las amenazas que dicta.) Mis amigos obsesivos tirando a paranoicos a esta altura miran el reloj, beben su cafecito rapidito, agarran lo que sea que haga las veces de faso (un consejo, una bibliografía), dejan lo que sienten que tienen que darme en retribución (un regalo, un café; siempre ofrecen dinero) y rajan. Corren (con culpa, espero) a representar de nuevo su papel supuestamente civilizado de buen muchacho o de buena chica que se lleva bien con todos y que tiene un futuro por eso.
Otra sería la historia si muchos saliéramos a putearlos a esos ñoquis. Yo no quedaría en el lugar de la excepción.
Todo esto sucede en una sociedad que permitió varios genocidios.

Mis amigos traductores y yo, en cambio, no somos obsesivos. Sospecho salvajemente: ¿obsesivos compulsivos? A lo sumo postergamos la decisión que una vez tomada será firme. De lo contrario, no podríamos trabajar ni vivir. "Light blue" sería eternamente "celeste" o "azul claro". Nuestros clientes enloquecerían y nosotros moriríamos de hambre.
Los traductores, a veces, bailamos. Un traductor es alguien que baila en la oscuridad pero a veces bailamos en la luz, como Ewan Mc Gregor en "The Pillow Book".
Tenemos una fecha para permitirnos bailar. Es la fiesta del día de San Jerónimo. La forma de bailar de un traductor es así: primero espera en vano decidirse. Después, espera sólo una señal. Cuando viene el gesto de la odalisca, salta a la pista. Ya no hay vuelta atrás. Los demás traductores les sacan fotos digitales y él se las imagina colgadas en Internet, se imagina los titulares de los diarios al día siguiente: "Traductores y odaliscas. Escándalo en la fiesta del día de San Jerónimo".
Este año llegué tarde para la cena y para el baile pero temprano para el café, que se prolongó en mates y charla, mirando fotos de viajes, planeando viajes. Los traductores trabajamos y viajamos. Es nuestra vida.
Cuando Ivana dijo que todos necesitamos sentirnos queridos (su argumento para mi mansedumbre municipal, que ella cree posible y que le permitirá quererme no intermitentemente pero esta segunda parte no me la explicó, la deduje), le hablé del cariño de ese pequeño puñado de colegas. Al rato, como si la vida fuera la islita de "The Truman Show", ellos pasaron y me saludaron a través de la ventana del bar con un cariño innegable. Le conté a Ivana de cómo volví a sentirme un ser humano en esa fiesta de San Jerónimo. Un ser humano, y no un monstruo inconveniente.
Cosas que sí le dije a Ivana: no robé ni maté a nadie. ¿Cuál es el problema?
Cosas que no le dije a Ivana: que basta con el cariño de unas pocas personas, que no es necesaria la aprobación por consenso absoluto de toda la sociedad y sus representantes para sentir que uno vale algo. Uno es gente, no un proyecto de ley. No me molesta tener enemigos. También tengo amigos. Amigos que no están deshojando la margarita por algún lacayo del intendente, sino contando las palabras que les quedan para terminar el trabajo, la guita que queda en el banco, esas cosas.
Y si no son muchos, mejor.

Thursday, October 19, 2006

gordos jodidos y tripa congelada

"Y mostraban y mostraban el quilombo, el quilombo en Buenos Aires", le decía el amigo del chofer del 103 al chofer del 103. Al otro día vi en la tapa de la edición online del Página la foto del chofer del hijo de Moyano, armado y tirando, y entendí qué fue lo que le habían mostrado por televisión al amigo del chofer del 103.

Algo de similar estilo, pero mucho más light, me sucedió mientras escuchaba, o intentaba escuchar, la primera mesa de lectura del Festival de Poesía de Atopia. El tipo, autodenominado organizador, matoncito imbécil y ridículo, de lo más parecido a un milico bobo o a un mono disfrazado de milico con su melena de mandril y su ambo cruzado azul marino del año del jopo, empujó al pasar el borde del respaldo de mi silla. Ya lo había hecho otra vez, en el Café de la Ópera. Esta pudo ser un accidente. Pero como si hubiera querido confirmar que no, la segunda vez que el tipo pasó, pavoneándose, empujó la silla vacía que estaba junto a la mía. Hubo un ruido metálico bastante feo. "Mirá lo que está haciendo", le comenté a Mariano. La tercera vez que pasó, lo esquivé. La cuarta, como el tipo ya me parecía ridículo, me le reí en la cara. Se ve que cuando el tipo vio que no me enojaba, se dejó de joder.

"Esto también es sobre una escena de necrofilia en torno a un cadáver peronista", nos había advertido Mariano Acosta a un par de personas en el bar antes de leer su magnífico poema sobre el primer usurpador del cadáver de Evita. Fue lo más aplaudido de la noche.

El gordo jodido de la poesía rosarina, ex amigo del mandril enano de ambo azul, andaba raro, también. Me pasó un señaladorcito con información sobre la presentación de su libro, me pidió mi email y desapareció. Después reapareció en una mesa con cerveza, rodeado de mucha gente, y después desapareció. Entre una y otra cosa el editor de la revista Omero me regaló un ejemplar del número 14, atrasado pero que justo trae un dossier dedicado a César Fernández Moreno. Incluye una nota anti-poesía del 40 y anti-vanguardias del 50 (¿para qué, a esta altura?) de Rodolfo Edwards, quien además lo homenajea a CFM en esta edición del Festival local.

En otra mesa del bar casi desierto de la plaza Montenegro quedaron El Niño Luchesi y una chica. El Niño Luchesi, contento con su flamante beca del CONICET, estaba entusiasmadísimo con la palabra "posthumanismo". Le dije que me parecía un término digno de poner en cuarentena durante algún tiempo, para ver qué virus trae. Hablamos de Houellenbecq y la secta de los raelianos. Estaba muy entusiasmado también con la idea de los clones y de los childless, sin hijos. "Tienen 30, como yo", decía. "La edad a la que se supone que uno tiene que empezar a tener hijos". Yo -les dije- quiero fundar un club de CLWC: Childless with Cats. Si tenés más de 29 gatos, te excluimos. Nos encantará ser así de jodidos.

Después tomé el 137 en la parada que estaba a pocos metros. Cené en casa. David leyó un par de artículos de la Omero, el de Brautigan y el del haiku. Durmió bien, dice hoy. Yo soñé que me acercaba a las oficinas de la sede de una secta de raelianos que practicaban, en vez de la clonación, la criogénesis. Quedaba en algún barrio de clase media de Rosario o de Buenos Aires. Me convidaban un vaso muy grande de un líquido azul, frío. Una mujer ajena a la secta me decía que eso podía hacerme mal al higado. Yo lo tomaba igual y me daba cuenta de que era una especie de formol, para que a uno no se le pudrieran los órganos al pasarse años congelado. Todos los de la secta eran muy amables con los curiosos y los nuevos. Aquello me resultaba siniestro. "El lunes firmo contrato", me decía con entusiasmo un joven de veinte años. Yo le aconsejaba pedir opiniones sobre la secta a gente de afuera, esperar.

Parece, según charlé con distinta gente, haber distintas tendencias entre la gente joven que escribe, algo así como academia light menor versus indagación histórica nacional. Los partidarios de la primera opinan que la segunda tiene más éxito en los concursos. Los de la segunda, que la primera es la única que sale por las editoriales. Todos se sienten excluidos. En algo se coincide: nadie aguanta más este páramo rosarino donde lo único que hay termina siendo la cultura municipal.

Tuesday, October 17, 2006

para qué están los amigos

Mercedes Gomez de la Cruz <...> escribió:

Nueva proyección y presentación de

Poesía Extrema , de Omar Alexis Ramos (una producción de La Salamandra Negra, Québec, 2006, sobre poesía argentina actual) (60 min)
Se proyectará también el registro de su realización

El Evangelio según el Che (15 min) (Québec 2006)

Revista Helios, último número dedicado a la poesía urbana argentina

Omar Alexis Ramos nació en México y actualmente reside en Canadá. Realiza el programa Foco Latino, en Canal Montreal, de Québec. Lleva adelante la revista de poesía Helios. A comienzos de 2006, vino a nuestro país a realizar su documental Poesía Extrema, entrevistando a autores de diversas ciudades argentinas.

Martes 17 de octubre, 19 hs
en Bar Aceituna, San Juan 1827
Atopia (ex Rosario)

Sunday, October 15, 2006

¡Un feliz día para Toni Morrison!

Hoy es el día de la madre.
En el suplemento de Libros del diario para el que escribo, hay listas y listas de escritores y solamente dos nombres de autoras: uno, el de Nadine Gordimer (sólo el apellido), que aparece en la bajada por error, confundido con otro: el de Toni Morrison, autora de Beloved. Esta novela, según una encuesta que se cuenta en la nota en cuestión, fue votada en Estados Unidos como la mejor novela en lengua inglesa que se haya publicado en los últimos 25 años.
A los ingleses, aquello parece haberlos sacado de quicio; para recuperar su impasibilidad flemática, emitieron una lista de 20 obras donde sólo dos (en los puestos 13 y 15) fueron escritas por mujeres. Se menciona como al pasar esta polémica a dos orillas, sin señalar las cuestiones étnicas y de género que podrían estar en juego en la pulseada. Lo que me termina de sacar de quicio a mí es que la nota más larga del suplemento muestra a una María Ester Gilio fascinada con Piglia.

Acá en Atopia nos fascinamos con Emily Brontë y sus Cumbres de cuya borrasca no termino de salir. El viernes a la noche, en una gran mesa de estudiantes de Letras en la vereda de una pizzería a donde llegaban todas las brisas del río, Rocío aseguró que se había enamorado de Heathcliff. "¿De ese psicópata?", pregunté. "Bueno, pues si crees que Heathcliff es un psicópata, jamás podrás traducir Cumbres Borrascosas", dijo. Sonaba a maldición. Busqué atemperar: "Tiene un costado adorable, sí...". "¿Adorable?" saltó Rocío. "¡Adorable es una palabra de Linton, no de Heathcliff!".
Rocío es tan menuda que la intensidad de su furia no me aterrorizaba; pero la seguridad, la velocidad y la perfecta dicción de su español ibérico imponían un respeto extra. Rocío es morena y tiene unos ojos verdes extrañamente opacos. Terminé de convencerme de que era ciega del todo cuando entendí que tenía que leerle el menú.
Las brisas del río, a todo esto, hacían estragos en mis bronquios y no fue tarea fácil, pero por suerte no es sorda. Me cuesta pronunciar; encima, si grito, toso, y los sordos me crispan los nervios. Pero me sentía muy a gusto en esa mesa de gente joven que reconocía haber vivido sus mayores alegrías y amores a través de los libros.
"Todos los personajes de Cumbres Borrascosas tienen su lado luminoso y su lado oscuro", dije. "Si los lees imparcialmente, sí", respondió enseguida Rocío; "pero yo tomé partido por Heathcliff y te puedo asegurar que estoy de acuerdo con todas y cada una de las cosas que hace en el libro". "Húm, pero ese pobre hijo...". "¡¿Hijo?! ¡¿Qué hijo?! ¿El que tuvo con una mujer a la que odiaba? ¡Eso no es un hijo! ¡Y esa Cathy, a quien no sé cómo podía mirar a la cara, hija de su amada Catherine y de ese detestable Linton! ¡No tuvo los hijos que quiso, que hubieran sido hijos del amor más excelso! ¡Es terrible lo que le hicieron a Heathcliff! ¡La traición de Catherine al casarse con Linton no es sólo una traición al amor de Heathcliff! ¡¡¡Ella traiciona la sangre, traiciona la tierra, traiciona todo!!!"

Al oír a una persona de origen europeo meridional pronunciar con tanta emoción las palabras "sangre", "tierra" y "todo", temo que Mariano se puso un poco tenso. La charla en nuestra zona de la mesa, donde también estaba el menor de los Oliva, derivó así en una polémica de altísimo nivel sobre si el Romanticismo es o no programático y racionalista (tesis de Mariano), sobre si la selva en Quiroga es o no un escenario expresionista (tesis mía y del joven Oliva), sobre si el expresionismo (término que a Rocío sacaba especialmente de quicio) es una opción sólo literaria o también biográfica, vital; terminamos cuestionándonos sobre si el misticismo es individual o social. Fue una charla interesantísima y muy bien balanceada porque Mariano y Rocío, con argumentos tan inteligentes como extremos, polarizaban la cuestión desde posiciones opuestas; el joven Oliva y yo, como quien remueve un poco los troncos pesados y arroja más hojarasca al fuego, mediábamos y abríamos el campo de la discusión. Desde el fondo, Tinivella se sumaba al frente moderador. Después hizo más aportes cuando la charla derivó del concepto de gótico en Quiroga a la música gótica.
En otra silla estaba el montón de verdura que compré en la verdulería de enfrente para los cuises. Me iba a ir pero justo las dos mitades de la mesa se unieron en un gran "Who's who" de la Escuela de Letras. Me preocupaba poder llevarles a las ratas esa verdura antes de que atacaran nuevamente los cables del teléfono. (Al técnico de Telecom que vino el martes a arreglarlo, le cayó muy bien Dora. "¡Qué linda!", dijo. Se la mostré porque como había visto el horror de los cables comidos, no quise dejarlo irse con una película de terror -o un cuento de Quiroga- en la cabeza.) Mariano decidió que no daba para más "la estética Arcimboldo" y me ayudó a envolver la verdura de modo que no emergieran las hojas de la lechuga y de la acelga. Después caminé con Tini hasta Urquiza y Paraguay; yo tomé el 103 y él su ómnibus en Urquiza.

Me pasé el sábado tosiendo y mirando de reojo la sombra de mi cara de perfil (mi perfil me gusta, es nítidamente tano) mientras leía Running with Scissors, la atrapante memoir de Augusten Burroughs. Se pronuncia Agustín; nació en 1965 y en su blog está el trailer de la película basada en el libro. Se estrena el 17 de octubre.

Si mal no recuerdo, ese día también sale el juego "Bully". También vi el trailer de "Bully", ¡parecen acuarelas de Grosz! Llegué ahí desde Clarín, a donde había entrado para ver el horóscopo. De ahí derivé a las páginas de Wikipedia en inglés sobre bullying, mobbing y efectos psicológicos de la tortura. Parece que uno de los efectos, tanto de la tortura como del mobbing/bullying, es que a uno le termina pareciendo que la culpa de todo lo que le pasó es de uno. (¿Así que no era de uno? ¡La voluntad de inocencia ha triunfado!)
Luego me puse a mirar una y otra vez en YouTube el videoclip de "Carnival is Over" de Dead can Dance (por eso que se dijo de la música gótica; me dio curiosidad) y me distraje de la traducción de "Cumbres..." pensando en amigas mías de la adolescencia a quienes les encantaría ese video. Justo llamó Graciela. Después de meses, o años, no sé. Estaba escuchando Janis Joplin. Al CD se lo había regalado el hijo. ¡Ya es abuela! Era mi amiga "grande" y ahora tenemos prácticamente la misma edad.
"Me alcanzaste", dijo.
(Pucha, casi todas las referencias culturales de los últimos 2 párrafos están en inglés. Espero que ya no importe.)

Soñé con una venadita de ojos grandes que me seguía mientras yo iba caminando bajo la llovizna y el sol a la vez y después soñé con una abogada, administradora y poeta aficionada de 60 años que se quejaba de su baja autoestima. Este último personaje, que no existe en la realidad, aparecía con una precisión increíble: me acuerdo de sus pecas y de cada palabra que decía en el sueño. Se parecía vagamente a mi abuela.

Ahí están esos bichos, chillando de nuevo. Con una pancarta que dice MÁS ZANAHORIAS YA.

No llamaré a mi madre.

Friday, October 13, 2006

Orhan Pamuk

¿No es bonito?
O por lo menos, simpático.



La paradoja de un escritor turco que no quiso ser político y terminó recibiendo un premio literario-político, rasgo ya clásico del Nobel. La paradoja de un ficcionalista full time, juzgado por su país por decir que el genocidio armenio sucedió.

Todavía no lo leí pero ya me cae bien.

Thursday, October 12, 2006

escrito con la mano izquierda

Me llegó hoy una cadena de emails iniciada por María Cristina Saborido, "Tula", ex detenida en el Pozo de Banfield, donde cuenta la agresión sufrida por el novio de su hermana, a manos de dos desconocidos, en la madrugada del lunes pasado. Horas antes ella había recibido un email anónimo donde se la amenazaba e insultaba, como también a sus hermanos y al novio de su hermana, y al final se vivaba a la patria, como si algunos fueran la patria y otros no. Para prevenir la reproducción de la violencia preferimos no reproducir detalles, limitarnos a complacer el pedido de difusión, y añadir que la persona atacada sufrió lesiones leves, no menores por ello.

"NO SOLO QUIEREN DESAPARECER A JULIO LOPEZ. NO NOS DEJEN DESAPARECER!!!!!!!!!!" dice el email de "Tula" en letras mayúsculas. No es por culpar a las víctimas (estamos todos bastante hartos de ese mecanismo perverso) sino para señalar posibles efectos no buscados de un discurso: ¿Habrían hecho esto esos tipos si los organismos de derechos humanos y los medios que se hicieron eco de ellos no hubieran sido tan irresponsables en la rapidez con que salieron a agitar ante la opinión pública el espantapájaros del "pasado negro que vuelve" y hubieran dejado abierto el campo de la duda? ¿Por qué no puede estar deambulando bajo los puentes, traumado y shockeado, este anciano de 74 años que tuvo que carearse con su verdugo sin haber recibido ayuda terapéutica en décadas? ¿Tanta es la culpa de no haber previsto una protección a los testigos, que hubo que saltar así, a afirmar (sin pruebas) que a Julio López lo "desaparecieron"? ¿Hasta cuándo los argentinos vamos a seguir utilizando cada una de nuestras desgracias para jugar a la pulseada del poder político, al conteo de cabecitas en el acto de cada cual? Ayer Blumberg e Ibarra, hoy los DDHH. Cuántos miles de velas, parece ser lo único que importa; no la verdad, sino los usos de la sospecha. A cualquier precio. Agitar estos fantasmas no ha sido sin costo: ahora, viendo el miedo que se le tiene, la mano de obra desocupada impune se siente fuerte y sale a lastimar desde sus vergonzosas tinieblas.

Que la justicia se imponga.
La justicia, no el terror.

Monday, October 09, 2006

Rescatando al soldado Soldi

¡Oh no!
¡Los cuises se comieron los cables del teléfono!

Ayer fui a ver la muestra de Raúl Soldi en el Castagnino (recomendación; véase el Rosario/12 de mañana) y me acordaba de las ratas que roen las ataduras del prisionero en "El pozo y el péndulo" de Poe; tal cual estos bichos. Tuve de chica el libro de cuentos de Poe ilustrado por Soldi (eran unos librotes gigantes, hermosos; si mal no recuerdo, de la editorial Atlántida) y me acuerdo de cómo dibujaba Soldi las garritas de las ratas.

Una belleza, lo que hizo Soldi con el carnaval veneciano de Poe, no me acuerdo si en el Tonel de amontillado o La muerte con máscara roja. (En realidad no afirmo nada con esto: si mi idea de belleza viene en parte de ahí, entonces estoy juzgando una obra con el estándar adquirido a partir de ella, algo bastante tautológico, circular.) De chica, me imaginé unas caras barbadas en las puertas del armario del comedor y una dama antigua en las vetas de la madera de la puerta del baño. No le dije nada a nadie y en parte es por eso que viví para contarlo. Dibujaba damantiguas con el dedo en los vidrios empañados del auto. Aquellas figuras de las vetas de la madera eran altas y lánguidas. Eran Soldi puro.

Pensar que cuando vivía en Buenos Aires, en 1994, vi los carteles de la muestra de Soldi y no la fui a ver. Me parecía una cosa empalagosa. (Zurbarán también.) Ahora si algo me harta, y muy especialmente desde el viernes en que tuve la desdicha de arrimarme a cierta profe de Letras (media hora que casi me amarga el fin de semana), son los académicos que posan de críticos artísticos o literarios con frases soberbias típicamente argentinas en esta onda: "Lo que yo rescato de Borges...". (Hoy prefiero un Nacho Zaldívar que te hace querer a los artistas. Y se nota que él los quiere.) Con mi amiga Silvana dijimos en broma que un título de mi nota podría ser "Rescatando al soldado Soldi".

Pero lo del teléfono no fue Telecom, fueron los cuises. Está muerto, sin tono, desde el viernes al mediodía. Telecom hubiera dejado una grabación y ya lo habría reconectado a esta altura, porque pagué el viernes a la tarde, dos meses de un saque. ¿Reparaciones era 113? ¿Qué cara pondrán cuando vean los restos de ese cable?

Sunday, October 08, 2006

inmenso escritor

Abro el Radar y me encuentro con la nota de Fresán sobre la muestra de fotos de Cortázar.
Valientemente, desafiando a la academia y a los críticos, Fresán reivindica a Cortázar como "inmenso escritor". ¡Qué país, por Dios! ¡¡¡Que un escritor argentino tenga que reivindicar como ESCRITOR a CORTÁZAR!!! Arlt analfa, Cortázar un tosco... ¿Qué queda para nosotros?

Saturday, October 07, 2006

X (una parodia)

Durante decenas de años no se consideró que las pinturas de X fueran realmente obras de arte pictórica. A sus más de 750 frescos realizados en paredes de su Atopia natal, si bien fueron reconocidos unánimemente por público y crítica como bellos, expresivos, dotados de buen gusto y conocimiento del medio artístico, la crítica prefirió describirlos como un fenómeno más bien parecido a los colores naturales de las rocas o a lo que sucede cuando se hierve remolacha junto con arroz. "Más que pinturas, son cocina", declaró un prestigioso crítico de la Universidad de Ágrafa. "El pincel no cesa de manifestar la insistencia mecánica de una cuchara". De X dijeron sus contemporáneos que no era exactamente un artista, sino una especie de tirador al blanco. "Pacientes con el mal de Alzheimer han producido imágenes parecidas", señaló una vez el crítico N. El mismo autor comparó además el trabajo de investigación que X, antes de pintar una pintura al fresco, llevaba adelante acerca de los temas a representar, con "la compulsión a la información de los adictos a Internet o los que hacen zapping, algo muy parecido a un pájaro experimental que picotea incesantemente migas de pan". "Es como si colgara cortinados, drapeados o collares", señaló otro crítico respecto de lo que en realidad hacía X cuando todos creían, y muy especialmente él mismo, que estaba pintando. "Parece un helecho creciendo, o el parpadeo de un sistema nervioso en coma", dijo un profesor. Sucesivas ponencias dedicadas a la obra de X coincidieron en puntualizar que no era exactamente arte lo que él hacía. Por entonces el éxito de ventas de las obras no murales de X, de las que todavía no existe catálogo razonado pero cuya cantidad total se calcula en unas 300.000, superaba el de todos sus contemporáneos y sólo se veía amenazado por un creciente mercado paralelo de falsificaciones de cuadros de X. Este mercado paralelo de falsos se aprovechaba del hecho de que a pesar de su gran productividad, y aunque tomara asistentes, X no podía satisfacer la demanda de su (llamémosla) producción, ya que a juicio de los críticos no estamos seguros de que sea pintura o arte. Los estudios actuales de expertos abocados a distinguir los auténticos X de los falsos se ven obstaculizados en parte por el hecho de que no se escribieron monografías críticas sobre X en vida de X, cuando el diálogo entre críticos y artista hubiera podido despejar más fácilmente las dudas. También es penoso el estado de conservación de muchos de sus murales; pero los expertos, antes de restaurarlos, necesitarían ponerse de acuerdo sobre los rasgos fundamentales del estilo de X; y las dudas sobre los falsos, sumados a la ausencia de un análisis crítico, tornan muy complicada la tarea. Además, al no incluirse su obra en muestras antológicas consagratorias de su época por considerarla los críticos banal, decorativa, no artística y hasta no pictórica, fue inevitable que sus precios, que habían alcanzado una alta cotización en vida del artista, decayeran luego de su muerte. Esta baja en los precios fue decisiva: "Ha quedado demostrado que no era un artista", dice hoy N y añade que "la historia del bleff X es un ejemplo de cómo pierden plata los coleccionistas por no oírnos a nosotros, los críticos". Al señalársele que este círculo vicioso, lejos de demostrar alguna verdad absoluta sobre el canon del arte, es una simple profecía autocumplida y no otra cosa que la autorreplicación del discurso del poder, N insiste: "Sí, pero profecía al fin".
Mejor destino corrió la obra de la escritora Y, esposa de X y de cuyas 65 novelas publicadas y reeditadas varias veces los críticos dijeron que no eran literatura, ni siquiera novelas, sino pura grafomanía, un mero mecanismo instintivo como el de las patas de una araña que teje su tela. Se siguen reeditando gracias al empeño y el olfato del editor Z, que nunca los leyó.

Friday, October 06, 2006

velada movida

Hoy a las 18:30, en el Aula 3 de la Facultad de Humanidades y Artes, (Entre Ríos 758), en el marco del XIX Simposio Internacional de Estudios Clásicos (Memorar en presente la cultura grecolatina) tendrá lugar "Itacas contemporáneas: reencuentro virtual con un ex combatiente". Con presentación de María Inés Laboranti, el poema dramático de Beatriz Vignoli "Itaca, cha(n)t X" será leído por su autora. Dice Laboranti: "Como el soldado homérico, este de nuestros días vuelve irreconocible para plasmar en un contexto original sus diálogos."
Vi el cartel en el hall, quedó re lindo de verdad. Es obra de Aldo Pricco.
Después a las 19:30 se presenta de un libro Héctor Piccoli en la galería de arte Stein, de Santa Fe entre Pueyrredón y Santiago.
Después hay una cena de traductores pero temo que llegaré para el café.

Thursday, October 05, 2006

un exterminio involuntario

Que no se entienda el ataque al socialismo en el post anterior como proveniente de un liberalismo salvaje. En realidad, el socialismo atopiano es funcional al capitalismo neoliberal salvaje. A las áreas no rentables que el mercado va dejando a la deriva, como por ejemplo la salud de los pobres y la protección del medio ambiente, el socialismo las pone bajo el amparo del estado. Hasta ahí todo bien: tenemos hospitales, y con suerte cuidaremos las aguas y los bosques. Pero al aplicarse la misma lógica en el terreno de las políticas culturales, se entra en una zona jodida.
¿A qué se dedica el Estado socialista municipal atopiano, en cultura? A lo mismo que hace en todos los otros rubros: a subsidiar por tiempo indeterminado lo que no es rentable. De este modo, se subsidian a los poetas jóvenes, a los poetas mediocres, a los poetas en general; a las novelas experimentales, al arte contemporáneo mientras sea experimental y cueste más conservarlo que producirlo, a las obras de teatro y los grupos de música que por alguna razón (mediocridad o vanguardia, o ambas) no obtendrían éxitos de taquilla.
¿Pero qué pasa cuando un artista o novelista atopiano alcanza el grado de madurez en que ya no necesita la protección del Estado, suponiendo que le haya hecho falta en algún momento?
Pasa lo peor. El mercado tarda en absorberlo, porque el socialismo no es consciente de serle funcional y entonces da la espalda al mercado, y lo mismo hace la cultura creada por el socialismo. Puede suceder que el mercado no lo absorba además porque viene con la etiqueta "Flor de Ceibo" de lo subsidiado. Encontrar el camino del socialismo hacia el mercado puede ser arduo; requiere de complejas estrategias, mucha información, mucho análisis de la información y una gran dosis de buena suerte. Y muchos pasajes a Buenos Aires o a España. Es un camino tan lento como improbable y mientras tanto (lo que en muchos casos quiere decir "definitivamente") el artista queda al margen por completo, ya sin Estado que lo subsidie premiando su obra y todavía sin mercado que se la venda.
Esto es muy observable en pintura. Esta marginalidad es descarnada y además injusta, ya que se trata de artistas buenos, o incluso muy buenos, pero que no llegan al mercado. Y lo más grave es que en pintura no zafan por la internacionalidad: la salida de las obras se las traba la Aduana. Calcúlese además la diferencia de costos entre apretar un botón "send" y mandar un manuscrito por email y eventualmente viajar a la presentación del libro, o transportar veinte cuadros por flete a Buenos Aires.
Es muy probable que, al menos en principio, el monopolio estatal atopiano de la cultura sea un monopolio by default, por defecto. A falta de iniciativa privada local que apoye la cultura atopiana por considerarla poco rentable, ésta quedó en los últimos años casi exclusivamente en manos del Estado.
¿Qué hace el Estado? Protege, no impulsa. ¿Cómo protege? Con una gran carpa donde quepa MUCHO. Sabemos que no hay mucho bueno, entonces: lo mucho es de calidad mediana. Tanto lo malo como lo bueno quedan afuera.
A veces entra algo bueno, pero es relativamente poco rentable y/o es "la estrella" (siempre y cuando no sea atopiano y venga de Buenos Aires y sirva por lo tanto para atraer a la prensa y al público). Es el invitado distinguido: Gelman en el Festival de Poesía, Pombo en el MACRO, etc. Todo bien, pero...
La imagen es la de un invernadero donde florece "la cultura" en los mismos términos en que se los puede ver rozagantes al medio ambiente en una reserva ecológica o a los pobres atendidos en los hospitales. Una campana de vidrio, un microclima donde sobreviven los débiles del capitalismo salvaje.
Todo bien hasta ahí, pero ¿qué pasa con los buenos, los buenos de acá?
Muy simple: mueren. Mueren y, como son pocos, a nadie le importa.
El mecanismo es similar, sólo que involuntario y en reducidísima escala, al Holocausto nazi, donde un racismo biologicista, inadmisible éticamente, indemostrable científicamente pero creído por la opinión pública, fue la excusa para la vergonzosa y criminal eliminación de una pequeña burguesía en ascenso que de llegar a burguesa y a hacerse del poder cultural le habría disputado el poder a la clase política dominante.
Paso uno: los buenos artistas locales atopianos han quedado totalmente al margen de toda escena cultural. Paso dos: la gente pregunta por esos desaparecidos, mejor dicho borrados, de la escena oficial que es la única escena de la cultura. Paso tres: los funcionarios responden. ¿Qué respuesta dan? La explicación más simple, la calumnia. No pueden decir "a ése no lo incluimos porque es bueno y no tuvo el tino de emigrar". Esta no es una respuesta que satisfaga el sentido común aunque siga una lógica económico-política de hierro. Entonces la calumnia, pronunciada por la autoridad, se instala con la fuerza del mito. Paso cuatro: tan al margen no se puede sobrevivir, pero ¡oh! paso cinco, o la función del mito: ante la opinión pública, el exterminio queda justificado.
Se supone que había que huir, irse. O dedicarse a otra cosa. Pero esto es cargar los costos en quienes no deberían pagarlos. Lo que corresponde hacer es quedarse y luchar en varios frentes. En el frente económico-político, reorganizar al sector privado; en el ideológico, educar e informar a la opinión pública y a los artistas y funcionarios mismos sobre la realidad de lo que está pasando y su diferencia con las políticas más saludables que podrían implementarse; en el plano puramente simbólico, resignificar la calumnia (imposible de refutar puesto que se ha instalado con fuerza de verdad) y subvertir su sentido, revirtiéndola en arma de seducción que eventualmente podría servir en el mercado. (Un ejemplo a seguir: de "Judas" a "Jewcy" como sentidos posibles de "judío".)
Lo que queda como asignatura pendiente es la tramitación subjetiva del horror de enfrentarse a una maquinaria homicida.
Que el tal homicidio colectivo no sea un proyecto voluntario y consciente como lo fue para el nazismo, y sólo exista como mera consecuencia mecánica de una política cultural que crea diminutas poblaciones excedentes, numéricamente irrelevantes, no lo hace mucho menos atroz. De cualquier modo, la sensación de que nos están matando es bastante fea.
Lo más duro, con todo, es establecer lazos con las demás potenciales víctimas. Que no lo seremos si hacemos algo eficaz por cambiar las cosas, claro. Pero es increíble cómo se resisten al nudo solidario: cuando se les hace ver que participan junto con quien les habla de un destino común, el de estar siendo objeto de exterminio involuntario a manos de las propios semejantes, como último recurso ante la herida narcisista que esto les causa, incluso cuando se les ha demostrado que el problema no es personal sino político, se aferran con orgullo a su mayor resiliencia individual relativa... basada, sospecho, en sus ganas de sufrir: "Ah, pero yo soy fuerte, yo los aguanto. No como vos...".
En el frente práctico y personal, lo primero es hacer guita urgente; lo segundo, ingresar los propios productos al mercado lo antes posible.
Después está este espanto, cada mañana.

Wednesday, October 04, 2006

¿Qué es el socialismo?

Es "todo sistema organizado de agresión institucional contra la función empresarial y la acción humana" (Huerta de Soto, "Socialismo Cálculo Económico y Función Empresarial", 1992).

"El gobierno socialista pretende sustituir los planes individuales por un plan general pero carece de la información necesaria para ello."

FUENTE:
http://www.eumed.net/cursecon/economistas/escuelas/austriaca/socialismo.htm

Tuesday, October 03, 2006

seré breve

La idea de que esto se arregla matando un par de hijos de puta es tan sencilla y, por eso mismo, tan bella, que me cuesta resistirme a la tentación de suscribirla sin más: pero si lo hiciera, este blog se convertiría en un foco de apología del delito.
De modo que seguiremos probando soluciones más constructivas por ahora.

UPDATE: No me refiero a Yahoo sino a los malditos burócratas atopianos. ¿Pero será el mismo caso, que no nos podemos quejar porque son gratis?
Yo pago mis impuestos, como dicen en las películas.

Sunday, October 01, 2006

El martes negro de Yahoo

Parece que el martes pasado efectivamente hubo un problema con el correo electrónico de Yahoo. Ni llegó el email con archivo adjunto que me enviaron, ni llegó uno que yo envié, o creí haber enviado ya que aparecía en la carpeta de enviados. Puede ser que se haya incrementado de golpe la seguridad y se hayan filtrado todos los adjuntos; pero en tal caso lo extraño es que figuren como enviados y no hayan rebotado.

También es posible que haya tenido problemas Hotmail. Quizás algún virus suelto...

Encima se me ocurrió descansar. Como siempre que eso sucede, el resultado es una catástrofe total. Me tomé martes y miércoles, esto quiere decir que trabajé lo mínimo indispensable, lo que significa: mandar/esperar el puto email y no estar hinchando por teléfono: "¿che, te llegó?" ante la ausencia del acuse de recibo.
Mi idea de descansar es eso, no parar sino sacar el pie del pedal de primera. Siempre que lo hago, los resultados son absolutamente catastróficos.

Recién reparé en la ausencia del puto email esperado el jueves, con resultados similares a los de la carta perdida en "Romeo & Juliet": terminé de hacer mierda mi imagen local y lo que me preocupa ahora es que es posible, aunque muy poco probable, que si no me creen la explicación que acabo de mandar hoy a Buenos Aires se empiece a salpicar levemente también allá, el espacio a donde estoy migrando lentamente a falta de oxigeno acá (pero no me voy todavía, por mi trabajo en el diario.)

Me resultaría de gran ayuda recibir testimonios de gente que también haya tenido problemas de recepción o envío con las casillas de correo de Yahoo el martes pasado.

(La sensación es la de estar tejiendo un pulóver que se desteje a la vez. Quizás, como mi colega Penélope, esté tejiendo una mortaja. Ajena, esperemos.)

Bueno, por suerte el miércoles tomé la decisión de anotarme en Ciencias Económicas.
Voy a empezar de nuevo de cero en otro sector más saludable, menos asesino y "rehén del Estado" (Philip Roth dixit) que la poesía. Como dice Déivid: "Ya que en las condiciones actuales no podés ser poeta en Rosario, te quedan por hacer dos cosas: ser poeta en otro lugar o ser otra cosa acá... mientras transformás las condiciones".

¡Razonamiento impecable!

Quedan por revisarse mis expectativas respecto de la economía, que hasta donde puedo saber es muy posible que sea igual o peor de asesina/estatista=nazi. ¿Qué opinás, Diego? ¿Puede ser que lo único que nos queda sea optar entre los fucking nazis disfrazados de socialdemócratas del PSP y el nuevo genocidio neoliberal?

¿A alguien le pasó lo mismo que a mí con Yahoo o con Hotmail el martes pasado?
¿Cómo se puede reclamar a Yahoo? ¿A qué dirección?
Yo le iniciaría juicio, pero ganas de estudiar además abogacía no tengo.

(Ufa, este blog ya se está pareciendo al anterior, no sé para qué me mudé.)